Causas de la adicción
Para ser adicto a una sustancia es necesario en primer lugar entrar en contacto con ella. Lo mismo ocurre con las conductas adictivas: hay que realizarlas varias veces para hacerse adicto. Pero no todo el mundo que juega alguna vez a una máquina recreativa se convierte en ludópata ni todo el que prueba el alcohol se hace alcohólico. Cuantas más veces se realiza la conducta o el consumo, más fácil es caer en la adicción.
¿Cuántas veces es necesario consumir para hacerse adicto
Depende de la vulnerabilidad biológica de cada uno. Hay personas muy vulnerables que, con pocas repeticiones, se convierten en adictos y personas poco vulnerables que necesitan muchos más contactos con la sustancia o la conducta para enfermar.
Factores que llevan a la adicción
La vulnerabilidad biológica de cada persona depende de varios factores:
- Factores genéticos: la resistencia y la vulnerabilidad a la adicción se hereda. Por lo tanto, los hijos de padres con problemas adictivos suelen tener también problemas adictivos, aunque no hayan sido criados por sus padres biológicos.
- Consumo juvenil: el consumo durante la infancia y la adolescencia puede aumentar drásticamente la vulnerabilidad en el adulto. No es lo mismo comenzar a consumir una sustancia adictiva con 15 años que con 25. Hay edades a las que es mucho más peligroso.
- Algunas enfermedades psiquiátricas pueden aumentar la vulnerabilidad a la adicción, como el trastorno límite de personalidad, el trastorno bipolar o la esquizofrenia.
Por supuesto hay factores no biológicos. Por ejemplo: si en entorno en el que uno vive es muy frecuente fumar y tiene una aceptación social alta, entonces uno tendrá más probabilidades ser fumador. Estos factores intervienen en la facilidad para consumir antes de hacerse adicto, en el contacto previo con la sustancia, no en la vulnerabilidad para hacerse adicto.
Cambios en el cerebro
Las personas que padecen una adicción muestran cambios definitivos en algunas partes del cerebro (núcleo accumbens, amígdala, corteza prefrontal y otros). Estos cambios no desaparecerán nunca, por eso se dice que uno es adicto para toda la vida. Eso no significa que no se pueda curar: hay personas que llevan 30 años sin consumir, pero sin embargo todavía conservan esos cambios en el cerebro. A pesar de esto son capaces de llevar una vida normal y feliz.
Este obra está bajo una licencia de Creative Commons Reconocimiento-SinObraDerivada 4.0 Internacional.
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