Mefedrona: efectos y riesgos de una droga en auge

La mefedrona es una droga cada vez más popular. Hasta hace poco era una sustancia legal, lo que permitía incluso comprar mefedrona por internet, bajo el epígrafe de fertilizante o sales de baño. Desde el año 2011 ha sido ilegalizada.

Aunque se la conoce también como mefe, mcat o miau miau, su nombre oficial es 4-metilmetcatinona y forma parte de la familias de las catinonas, un grupo de sustancias relacionadas con los alcaloides del Kat (Catha edulis). En el cerebro libera noradrenalina y dopamina, bloqueando además su recaptación, una acción muy similar a la cocaína. Parece que también tiene un efecto serotoninérgico.

Efectos de las mefedrona

Es una sustancia estimulante y tactogénica. Sus consumidores describen la sensación que produce como una mezcla entre los efectos de la cocaína y el MDMA. La hiperactividad y el aumento de energía es algo mayor que el del MDMA aunque dura menos tiempo. Esto hace que se deba redosificar más a menudo, en esto se parece más a la cocaína. Produce también euforia, activación, desinhibición, intensificación de las experiencias sensoriales (especialmente táctiles) y una leve excitación sexual.

La mefedrona se vende en forma de polvo, pastillas o cristales. Es más barata que la cocaína. Su consumo pude ser oral, esnifado o inyectado. Debido a que por vía oral tiene mucho menos potencia (una biodisponibilidad de solo el 10%), la tendencia es a consumirla inyectada o esnifada.

Los efectos subjetivos de esta droga comienzan a los quince minutos de la administración (aunque esto depende de la vía que se utilice), son máximos a los 45 minutos y terminan en 2-3 horas.

Se consume en situaciones de ocio, pero también es usada para la práctica del sexo. Como siempre que una sustancia adictiva se usa en un contexto sexual, esto conlleva una asociación entre la conducta sexual y la adicción a la droga, lo cual suele aumentar su potencial adictivo y hace más complicadas las terapias posteriores de deshabituación.

Riesgos del consumo

La mefedrona puede producir diferentes problemas: debido a su perfil estimulante, da lugar a efectos negativos similares a los de la cocaína o las anfetaminas, como arritmias, hipertensión y otros problemas cardiovasculares. Es típico de la sustancia el rechinar de dientes, la visión borrosa y el dolor de cabeza. Añade además también algunos de los problemas del MDMA, como la hipertermia. Se han descrito decenas de muertes en Reino Unido por el uso de esta sustancia, probablemente en relación con arritmias y golpes de calor. Afecta especialmente a la memoria, debido a los estados de confusión que produce, haciendo no se recuerde bien lo sucedido durante el consumo. También puede producir episodios psicóticos y depresión.

Aunque es pronto para valorar su perfil adictivo, analizando cómo afecta a los neurotransmisores, la rapidez de su acción y su vida media, es esperable que genere una dependencia mayor que el MDMA, y similar a la que produce la cocaína.

Para saber más: Papaseit et al 2016

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