Sobre la legalización de las sustancias adictivas

Algunos hablan de legalizar las drogas en el mismo tono que afirman la necesidad de liberalizar las comunicaciones. El problema de los economistas es el mismo que el de los psiquiatras y psicólogos: se creen con autoridad para tener una opinión fundada de todo. Pero no, ni los psiquiatras sabemos de economía ni los economistas de adicciones.

Otros afirman que la legalización de las drogas acabaría con el problema de las mafias: cierto. Pero empeorarían el problema de las drogas. Hay otras discusiones semejantes que se podrían atajar de la misma manera:  el problema de la población reclusa en aumento se solucionaría con una amnistía general, el de los infractores de velocidad en el tráfico dejando al libre albedrío de cada uno la velocidad a la que conduce.

Las drogas adictivas son el primer problema de salud pública a nivel mundial: tabaco, alcohol, cocaína, heroína, cannabis y otras drogas originan más morbimortalidad que el resto de problemas sanitarios. Legalizarlas mejoraría algunos indicadores relacionados con estos delitos, pero ¿a qué coste?.

La actual ilegalización progresiva del tabaco hace que la gente consuma mucho menos tabaco, no hay que ser muy listo para entender que la legalización de otras sustancias tendrá el efecto contrario: un mayor consumo. Y si los señores economistas hacen bien sus cuentas serán pronto conscientes de que no sale rentable para nadie el legalizar las sustancias adictvidas.

Pero no es éste el argumento que debería utilizar, al fin y al cabo, no soy economista. El argumento ineludible es que las sustancias adictivas actúan sobre los centros de decisión cerebrales, potenciando las motivaciones relacionadas con el consumo de forma artificial. De la misma forma que los virus invaden células sanas y las obligan a producir nuevos virus, las sustancias adictivas son capaces de entrar en nuestro cerebro y nos obligan a repetir, nos guste o no, el consumo de la sustancia. Por lo tanto nos esclavizan y nos impiden ser libres.

Es interesante resaltar que no todas las llamadas «drogas» son adictivas: por ejemplo, el LSD, con múltiples efectos psicotrópicos no es adictivo. No suele alterar los centros de decisión y por lo tanto sus consumidores lo toman porque quieren, son libres para consumirlo o dejarlo. No estoy defendiendo el LSD, es una sustancia nociva que produce importantes enfermedades mentales, pero no es adictiva, y por lo tanto probablemente debería ser legal.

Pero cuando la sustancia es capaz de interaccionar con los centros de decisión nos impide ser autónomos en nuestras decisiones y en mi opinión debe ser sometida a un control. Al igual que la esclavitud debe estar prohibida por encima de las leyes de libre mercado, las sustancias adictivas también.

2 Comments

  1. carles el 14/12/2010 a las 13:54

    no puedo estar más en desacuerdo!! Pongo por ejemplo Holanda, donde el cannabis sativa está legalizado i eso no produce un aumento ni de consumidores ni de cantidad.
    Mirandolo desde otro punto de vista, quien dice que si la gente consumiese estas sustancias pasara algo malo? en verdad ya se hace, pero sus nombres son otros, y son legales, lo que no les libera de tener efectos secundarios nocivos para la salud

    chupaté esa

  2. pitirijas kiliqui el 01/04/2011 a las 00:19

    esta bien que las legalizen

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