No todo es Doctor House

Dr. HousePor una vez no me voy a quejar. Aunque a todos nos gustaría tener un médico tan eficaz como el Dr.House, que nunca se equivoca (al menos al final del capítulo) seguro que no nos hacía tanta gracia el trato que éste dispensa a sus pacientes. Era algo que llevaba pensando un tiempo, pero hoy, leyendo por ahí, me encontrado este artículo que habla sobre como miles de madrileños van a cambiar de médico, con los problemas que conlleva. Ya he dicho que no me voy a quejar esta vez. No se pueden hacer milagros, y si una comunidad necesita una reestructuración de sus sistema de salud como ocurre en Madrid (me voy a resistira comentar esto), hay pacientes que tienen que cambiar de médico, es inevitable.

Lo que me ha llamado la atención es que se describa tan bien algunas de las historias que hay detrás. La relación médico-paciente sigue funcionando en muchos casos. Pese a los intentos de convertir al paciente en «usuario» o, pero aún, en «cliente», hay cosas que siguen funcionando bien. Cito a un paciente del artículo:

«Ella y yo hemos pasado de todo. Yo la vi embarazada, la regalé un muñeco para su hija, y me contaba sus temores a perder la plaza, su condición de eterna interina. Ella me vio demacrado, cuando pesaba 20 kilos menos que ahora. Cuando murió mi novio, que también era su paciente, acabamos los dos llorando en la consulta. Llevaba años haciendo trampa para poder quedarme con ella, cuando yo cambiaba de domicilio. Ella vino a hacerme las curas cuando me acababan de operar aunque yo ya vivía fuera de su zona. Además, había ido aprendiendo muchas cosas del sida: los efectos secundarios de la medicación, las resistencias…». «Ahora», dice con la mirada francamente triste, «tengo que comenzar de nuevo».

Algo sigue funcionando en la medicina cuando pueden darse historias así. Pese a la tendencia de «americanizar» la sanidad, algo queda, o al menos eso quiero imaginar. El paciente no sólo tiene que pedir medios técnicos y humanos, también tiene derecho a una relación de confianza con su médico. Decía un profesor mío: «Sin confianza no hay medicina… seríamos ingenieros de la carne». Por suerte no todo es Dr. House… de momento.

 

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