Las causas del trastorno bipolar son biológicas: es una enfermedad del cerebro. Al igual que existen partes del cerebro especializadas en la visión, el movimiento del cuerpo o el lenguaje, también hay estructuras cerebrales que regulan las emociones para que sean apropiadas a lo que nos ocurre. Hacen que aparezca tristeza ante hechos desagradables o dolorosos y alegría ante buenas noticias o vivencias agradables. También se ocupan de adaptar nuestro nivel energético: disminuyen nuestra actividad si nos encontramos ante un contexto poco propicio o, al contrario, hacen que nos activemos cuando el entorno es favorable.
En el trastorno bipolar hay un mal funcionamiento de estas regiones del cerebro, por lo que aparecen estados de ánimo bruscos, inapropiados e intensos. La persona afectada tiene temporadas de ánimo bajo pero también otras en las que se encuentra eufórico o irritable, sin una causa externa proporcionada.
Muchas veces el trastorno bipolar tiene un importante componente genético, aunque hay casos debidos a enfermedades de todo tipo, como por ejemplo el Lupus o incluso a veces aparece tras un traumatismo craneoencefálico grave.
No hay causas "psicológicas"
No se han encontrado causas "psicológicas" (vivencias desagradables infantiles, entornos educativos determinados, experiencias familiares...) que produzcan el trastorno bipolar. Lo que sí puede suceder es que una vivencia psicológica actúe como desencadenante de un episodio si la persona ya estaba predispuesta.
Una gran alegría como por ejemplo ganar a la lotería o una vivencia triste como la muerte de un familiar o ser despedido del trabajo pueden desencadenar una crisis. El signo de la recaída (maníaco o depresivo) no tiene por qué ser el mismo que el del desencadenante. Hay pacientes pueden entrar en una fase maníaca tras una desgracia.
¿Está aumentando?
En los últimos años se aprecia un aumento creciente de esta enfermedad en la población. Se ha especulado mucho sobre el motivo. Probablemente las mejoras en el diagnóstico hace que cada vez podamos detectar más casos, por lo que hay un aumento aparente de la enfermedad. Se están estudiando otros factores externos que podrían contribuir a este aumento, como los cambios horarios, la luz artificial nocturna con espectros antinaturales o el uso excesivo de antidepresivos.