Los antidepresivos son un grupo de familias de fármacos que se usan, entre otras cosas, para tratar la depresión. Las familias más antiguas (tricíclicos, IMAOS...) tenían bastantes efectos secundarios, pero las generaciones de fármacos más nuevas (que en realidad llevan varias decenas de años en el mercado) apenas dan problemas.

¿Qué voy a notar?

Esa es la pregunta que se hace mucha gente antes de tomar estas medicaciones. La respuesta es "nada". Los antidepresivos no ponen contenta a la gente ni provocan cambios en su forma de ser. Al tomar antidepresivos no deber notarse nada. Pasados unos días del inicio del tratamiento (normalmente al menos tres semanas) lo que sucede es que los síntomas van desapareciendo de forma progresiva. Pero absolutament nada más. De hecho, cualquier efecto fuera de esta mejoría, podría considerarse como un efecto secundario y, según la importancia del mismo, obligar a cambiar el tratamiento. Incluso el ponerse "contento" (por encima del estado habitual) debe considerarse un efecto secundario, los antidepresivos no deben producirlo y si ocurre, hay que retirarlos.

¿Qué problemas pueden dar?

Los antidepresivos actuales son fármacos muy seguros. Un problema común a todos ellos es que su efecto no es inmediato, hay que esperar varias semanas para que comiencen a funcionar. No tienen capacidad adictiva y en general no suelen dar problemas de somnolencia. Hay que tener mucho cuidado si tiene posibilidades de estar embarazada porque algunos producen malformaciones en el feto. En el caso de las personas con trastorno bipolar, su uso puede ser contraproducente y la dosificación y tiempo de tratamiento deben planificarse cuidadosamente. Como cualquier fármaco, pueden dar efectos secundarios, que varían según el tipo de antidepresivo. Entre los efectos secundarios más frecuentes están el dolor de cabeza y el estreñimiento.

 


Última revisión: 4/2/2017  Autor: Dr. Diego Urgelés