Anfetaminas, éxtasis, cristal y otras drogas de diseño

Hemos englobado aquí a un grupo heterogéneo de sustancias que suelen llamarse “drogas de diseño”. Bajo este nombre común encontramos el MDMA, GHB, derivados de la fenciclidina… En general se trata de fármacos que fueron sintetizados a mediados del siglo XX por las compañías farmacéuticas pero quedaron en el olvido debido a sus peligrosos efectos secundarios. Hace unos años que se han introducido en el mercado negro, con mayor o menor fuerza, normalmente dependiendo de la facilidad de su producción. En realidad las pastillas que se encuentran en la calle tienen una baja calidad o añaden gran cantidad de adulterantes que las hacen más peligrosas que los fármacos originales

Las sustancias más frecuentemente usadas son el MDMA (éxtasis y cristal), el MDA (“pastillas del amor”), MDEA (“Eva”) y la metanfetamina (“speed”), aunque cada año cambian las tendencias. Lo más frecuentes suelen ser  feniletilaminas con un efecto psicoestimulante y leves efectos alucinógenos.

En la actualidad, su uso suele concentrarse en torno a salas de baile y fiestas. Se usan una o varias pastillas por noche, en ocasiones asociadas a otras drogas. Aunque el contenido en cantidad y tipo de sustancias de estas pastillas es muy variable debido a la baja calidad de los laboratorios clandestinos que las sintetizan, suelen contener de media entre 50 y 100 mg de sustancia, muchas veces asociada a derivados tóxicos que no han sido correctamente depurados.  Los efectos por lo tanto son muy variables. En general suelen producir: locuacidad, desinhibición, hipersensibilidad al tacto y euforia. Con frecuencia causan  nauseas, taquicardias, hipertensión, confusión mental, amnesia temporal, alucinaciones, sequedad de boca, sudoración, temblores, cefalea y ansiedad.

Otros efectos menos frecuentes pero graves son infartos de miocardio, crisis epilépticas, arritmias cardíacas e ictus. Una de las complicaciones graves del consumo de estas sustancias es la Hipertermia o “golpe de calor”: consiste en un aumento de la temperatura corporal por encima de 39º, asociado progresivamente a una detención del sudor, calambres, alteración del estado mental, incontinencia urinaria que puede terminar en parada cardiorrespiratoria y muerte. Si aparece cualquiera de estos síntomas aunque sea en solitario tras consumir una de estas sustancias se debe acudir a un servicio de urgencias. Esta importante complicación se produce más frecuentemente cuando se consume más de un comprimido por sesión o se mezcla con otras drogas (especialmente el alcohol).

El consumo de estas sustancias puede producir a largo plazo importantes problemas mentales. Estas sustancias son especialmente  tóxicas para un grupo de células cerebrales (las neuronas serotoninérgicas). Cada consumo produce incontables muertes neuronales en este grupo concreto de neuronas. Las consecuencias para el afectado son: insomnio, disminución del deseo sexual, cansancio, tristeza y apatía, que pueden durar de semanas a meses. También provocan problemas de memoria, dificultades de concentración y atención. Todas estas sustancias pueden además desencadenar además episodios psicóticos.

La adicción a las drogas de diseño

Además, todas ellas tienen un potencial adictivo importante. El usuario habitual puede perder rápidamente la libertad de controlar el consumo y convertirse en adicto. En este aspecto, el mecanismo de acción es similar a la cocaína. No hay que engañarse al pensar que cómo no suelen consumirse a diario no generan adicción.  La pérdida del control sobre la sustancia aparece hasta en personas que las consumen menos de una vez al mes. Se puede ser un adicto con consumos esporádicos.

El tratamiento de la adicción a las drogas de síntesis debe ser hecho por personal experto. En un inicio puede intentarse una tratamiento ambulatorio, pero hay ocasiones en las que este es insuficiente, sobre todo cuando se da la mezcla de consumos con otras sustancias.


Última revisión: 22/10/2016  Autor: Dr. Diego Urgelés  Licencia CC