1 de cada 10 muertes en Europa se debe al alcohol

Esta proporción en el mundo es sólo de una de cada 25 muertes. El alcohol supone la pérdida del 5% de los años de vida que se pierden por causas externas. Sin embargo los medios para investigar, prevenir y tratar el uso, abuso y dependencia del alcohol no están al nivel de las circunstancias.

Como siempre la salud mental (y más aún las adicciones) se encuentra en el último lugar de la atención de la sociedad. Si considerásemos juntos los problemas derivados del tabaco, el alcohol, la cocaína, la heroína y otras adicciones a sustancias probablemente tendríamos la primera causa de muerte y sufrimiento evitable que existe en el mundo. Invertir personas y medios en resolverlo no sólo es imprescindible, considerándolo económicamente es una inversión rentable.

Los dependientes hacen cosas que no quieren hacer porque una sustancia química ha alterado su cerebro: los alcohólicos no quieren beber y los cocaínómanos no quieres esnifar cocaína, de la misma forma que un alérgico no quiere estornudar, pero lo hace. Al alterar los sistemas de motivación puede dar la impresión de lo contrario, pero es sólo una ilusión, como es lógico.

Estudiar estos mecanismos, combatirlos con los crecientes medios que vamos desarrollando y transmitir esta información a la sociedad para que ataque las organizaciones y sistemas que mantienen y se lucran con estos problemas debería ser uno de los ejes principales de cualquier política sanitaria. Y no lo es.